Con algunas mejoras necesarias en los hogares se ahorrarían unos cuantos euros y se mejoraría la calidad de vida en el interior de las viviendas
Ha llegado septiembre y, con él, el final de las vacaciones de verano, la vuelta a la dichosa rutina y, para muchos, el inicio de un nuevo curso escolar. Una ‘vuelta al cole’ que este año supondrá para las familias un gasto medio de 367,37 euros por hijo en uniforme y libros, según iAhorro.
Pues bien, precisamente pensando en el ahorro y en el bienestar de cara a este nuevo curso, los hogares todavía cuentan con ‘asignaturas pendientes’, mejoras necesarias e imprescindibles que se han ido aplazando por diversas circunstancias a lo largo de todo el año, pero que, de acometerse, contribuirían a ahorrar unos cuantos euros y a mejorar nuestra calidad de vida en el interior de nuestras viviendas, donde cada vez pasamos más tiempo. Máxime teniendo en cuenta la inminente llegada del otoño, la paulatina o brusca bajada de las temperaturas y la humedad que nos traen las primeras lluvias preinvernales.
Pero, ¿qué les ha quedado, en qué han cateado, nuestros hogares? El confort térmico es solo una de las asignaturas suspensas, a sabiendas de que la temperatura óptima de una estancia dedicada al estudio debería mantenerse entre los 18º y los 22º para no pasar calor ni frío, y evitar derroches de energía. Sin embargo, hasta un 99% de las viviendas españolas sufre pérdidas de calor innecesarias en invierno a causa de la ineficiencia energética, según Danosa, empresa de soluciones de construcción sostenible. Como consecuencia de ello, las familias españolas gastaron de media un 5,5% más en 2017 en regular la temperatura de sus hogares, con un gasto medio de 675 euros, de acuerdo al informe ‘Ni frío ni calor. Temperatura y confort en el hogar’, elaborado por la Asociación Nacional de Distribuidores de Cerámica y Materiales de Construcción (Andimac). Mientras tanto, las rehabilitaciones destinadas al control térmico en el hogar se redujeron un,9,5%.
En este sentido, el adecuado aislamiento de cubiertas y fachadas de un bloque de viviendas puede reducir su consumo energético entre el 50% y el 65%, un porcentaje importante, ya que solo rehabilitando las principales zonas comunes de un edificio se podría abaratar la factura energética,en1.500€,alaño,.
Además, la iluminación natural de nuestra vivienda es también materia de examen en lo que a eficiencia energética se refiere, pues una de cada diez casas dispone de una iluminación muy deficiente, según el estudio ‘Quiero Vivir Mejor’, un aspecto a considerar sabiendo que la iluminación natural proporciona la densidad necesaria de luz y no cansa tanto la vista como lo hace la artificial en las zonas de estudio y después de que este mes de agosto los españoles hayan pagado un 30% más que hace un año en la factura energética.
En este contexto, y en aras de mejorar esa iluminación natural de nuestros hogares, el uso de claraboyas en los edificios puede llegar a reducir un 30% el consumo de luz artificial, dado que la iluminación natural directa que proporcionan disminuye el consumo energético en algunas horas del día, convirtiéndose al mismo tiempo en una ayuda a la eficiencia y sostenibilidad de los hogares.
Por otra parte, el acondicionamiento acústico en casa se ha convertido en otra de las disciplinas con abultado peso a cargar en las mochilas, sobre todo teniendo en cuenta el comienzo de las clases y la conveniencia de hacer los deberes en silencio, alejados de murmullos y alborotos que desconcentran y pueden empeorar los resultados académicos. No obstante, en torno al 40% de los ciudadanos españoles reconoce abiertamente convivir con ruido en sus hogares y, lo que es peor, un 10% suspende con un cero rotundo el nivel de insonorización de las paredes, de acuerdo al estudio ‘Quiero Vivir Mejor’, de Cuida tu Casa -la iniciativa de Andimac para mejorar el confort y el bienestar en elhogar-.
El tráfico de la calle o las conversaciones y pisadas de los vecinos de arriba a menudo perturban a menudo el descanso y dificultan el estudio en el interior de nuestras viviendas. Y si bien es cierto que eliminar el ruido por completo resulta prácticamente imposible, también es verdad que un buen aislamiento acústico puede reducir hasta un 70% esas molestias
Asimismo, las humedades y goteras son también una de las asignaturas para las que más hay que hincar codos y redoblar los esfuerzos de cara al inicio del nuevo curso. No sólo porque resultan antiestéticas sino porque generan sensación de frío en habitaciones y salas de estudio, agrava enfermedades respiratorias en los niños -uno de los colectivos más vulnerables-, y, además, provocan desprendimientos de pinturas, alicatados, suelos, etc. Por eso, para evitar un consumo extra de energía o que esos agentes externos puedan llegar a afectar a la salud y dañar además toda la estructura del edificio que exigirá una posterior rehabilitación más compleja, es muy importante la renovación de la impermeabilización en cubiertas, fosos de ascensores, sótanos, garajes, terrazas, baños, cocinas e incluso,piscinas.
Finalmente, para que el recibo del agua no se dispare en este nuevo curso y no suponga otro quebradero de cabeza a las familias, dado que España continúa siendo un país amenazado por la sequía y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que una persona necesita casi tres veces menos del agua que usa diariamente, los hogares deberían ponerse las pilas en cuanto al ahorro de agua. En este marco, Cuida Tu Casa propone sustituir las instalaciones -si se hace una reforma que incluya baños y cocinas-; instalar descalcificadores; colocar aireadores; poner grifos monomando con dispositivo de apertura en dos fases; instalar griferías termostáticas; y colocar duchas hidroeficientes y sistemas de doble descarga.
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